
Hace algunos años participaba yo de un proceso de selección para un puesto ejecutivo, facilitado por una firma reclutadora.
Debía presentarme a una ronda de entrevistas que se iniciaba estrictamente a las 2 de la tarde en punto.
Como tenía que trasladarme casi 20 kilómetros y no disponía de medio de transporte un querido amigo me ofreció su vehículo. Salí para mi cita con suficiente tiempo considerando lo pesado del tránsito a esa hora. No contaba con un imprevisto que surgió de camino a mi cita: El vehículo se apagaba sin razón alguna.
Luego de varios minutos de espera el vehículo arrancaba pero mi tiempo se acababa. En la tercera ocasión con mucha pena llamé a mi amigo y le comenté lo que estaba pasando con el auto y que como hacíamos para llamar un mecánico. La respuesta de mi amigo me sorprendió y me recordó mi objetivo: llegar en punto a mi cita. Me sugirió que aparcara el auto a un lado de la carretera y tomara un taxi. Así lo hice y logré llegar en punto a mi reunión.
Les comparto esta anécdota para recordar la importancia de tener un objetivo. Tener clara la misión. «Tener un fin en mente» como nos recomienda Stephen Covey en su Libro Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva.
Si estás liderando un equipo de trabajo y deseas lograr alto rendimiento, debés asegurarte en tener un objetivo claro y que el mismo sea comprendido y compartido por tu equipo.
Tener un objetivo claro le permitirá a tu equipo establecer metricas y medir que tanto se han desviado o mantenido en la ruta correcta. Pues en el tiempo enfrentarán imprevistos que podrian distraerlos de su misión de tenerla clara.
Tener una misión en la vida ayudará a dejar un mejor mundo que el que encontramos y esa es la misión que me mueve a compartir con vos esta nota.